La aplicación de glifosato permite realizar prácticas agrícolas sin laboreo y un uso mínimo de insumos químicos para el control a largo plazo de las malas hierbas invasoras. Las innovaciones de esta última época en la agricultura de precisión y la agricultura digital de rápido crecimiento tienen un gran potencial para ayudar a los agricultores a utilizar el glifosato de forma aún más concreta y eficaz, reduciendo así también los volúmenes de herbicida utilizados.

Por otro lado, en un escenario de agricultura sin glifosato y sin tiempo para invertir y hacer la transición a la agricultura digital moderna, los agricultores considerarían volver a las prácticas agrícolas más tradicionales que dependen en gran medida del laboreo, incluyendo todos los inconvenientes que la acompañan.

Se calcula que, en la Unión Europea, 20,5 millones de hectáreas de tierra (datos de Eurostat de 2016) volverían a las prácticas de laboreo convencionales si no hubiera productos a base de glifosato. Desde el punto de vista económico, este cambio supondría un incremento del consumo de combustible de entre 15 y 44 litros por hectárea, lo que supone un aumento estimado de las emisiones de CO2 de entre 1,4 y 3,8 millones de toneladas al año.

Para obtener más información sobre el impacto medioambiental del laboreo en la agricultura, puede consultarse nuestra página sobre agricultura sostenible.

Un informe publicado en junio de 2020 por el Instituto francés de Investigación Agrícola y Medioambiental (en francés, INRAE) y realizado a petición del Gobierno francés, analizó el impacto económico que tendría en los cultivos herbáceos franceses la pérdida del glifosato y la vuelta a las prácticas tradicionales de laboreo. El informe concluye que los agricultores que actualmente aplican glifosato y adoptan prácticas de laboreo cero tendrían que hacer frente a un aumento de los costes de producción de hasta 79,83 euros por hectárea, debido principalmente al mayor consumo de combustible y a las necesidades de mano de obra. Los agricultores que actualmente adoptan otras prácticas tendrían que plantar cara a un aumento de costes menor, pero aún considerable (el aumento de costes oscila entre 10 y 25 euros por hectárea).